Cuando arranqué Perfect Family por primera vez, esperaba un simulador de vida desenfadado en el que gestionar un hogar feliz. En lugar de eso, me encontré con una experiencia narrativa sorprendentemente profunda que me hizo cuestionarme qué significa realmente «perfecto» cuando se trata de la familia.
¿Qué es la familia perfecta?
Perfect Family es un híbrido de simulación de vida y novela visual en el que deberás guiar a una familia de cuatro miembros a lo largo de un año tumultuoso. El juego combina:
- Gestión de las relaciones (padres, hermanos, familia extensa)
- Toma de decisiones morales (toda elección tiene consecuencias)
- Narración psicológica (cada personaje tiene luchas ocultas)
Juegas como un «guía» invisible que influye en la dinámica de la familia mediante intervenciones sutiles y decisiones importantes.
Mecánicas de juego que me sorprendieron
1. El sistema de presión
Cada miembro de la familia tiene:
- Niveles de estrés que aumentan con los conflictos
- Medidores de felicidad afectados por tus decisiones
- Secretos ocultos que surgen con el tiempo
Aprendí por las malas que exigir la perfección empeoraba las cosas. Cuando presioné a mi hijo para que sacara sobresalientes, su estrés se disparó hasta que acabó por escaparse de casa, una de varias posibles crisis nerviosas.
2. Perspectivas duales
Los acontecimientos se viven a través de:
- Opinión de los padres (preocupaciones económicas, tensión conyugal)
- El punto de vista de los niños (luchas sociales, presión escolar)
Ver el mismo argumento desde ambos lados me abrió los ojos. Lo que en un principio consideré rebeldía adolescente era en realidad un grito de ayuda.
3. La paradoja «perfecta
El juego rastrea:
- Expectativas de la sociedad (notas, apariencias, tradiciones)
- Necesidades individuales (creatividad, independencia, apoyo emocional)
Mi primera experiencia acabó en desastre porque prioricé parecer perfecta a ser feliz. La «exitosa» foto de familia escondía años de resentimiento.
Lo que hizo especial a este juego
Los personajes parecían reales
- El padre – Un adicto al trabajo que oculta su depresión
- La madre – Luchando contra los sueños perdidos y el síndrome del nido vacío
- La Hija – Una persona complaciente que desarrolla ansiedad
- El Hijo – Un espíritu creativo aplastado por las expectativas
Sus luchas reflejaban problemas familiares de la vida real que he visto (o vivido).
Pequeñas decisiones, grandes consecuencias
Decisiones aparentemente menores crearon efectos dominó:
- Dejar que la hija se salte la práctica de piano una vez → Finalmente admite que lo odia
- Obligar al hijo a asistir a una reunión familiar → Se pierde su exposición de arte, entrando en una espiral de rebeldía
El juego me hizo hiperconsciente de cómo los pequeños momentos dan forma a las relaciones.
Qué se podría mejorar
Lo bueno:
- Escritura excepcional – Diálogo auténtico
- Opciones significativas – No hay respuestas «correctas», sólo soluciones de compromiso
- Valor de repetición: 12 finales posibles en función de las prioridades.
Lo no tan bueno:
- Efectos visuales anticuados – Funcional pero poco destacable
- Comienzo lento: los primeros meses del juego resultan repetitivos.
- Latigazo emocional – Algunos cambios tonales resultaron bruscos

Por qué este juego cambió mi perspectiva
Perfect Family destruyó mis suposiciones sobre:
- Presión académica (los alumnos que sacan sobresalientes no son necesariamente felices)
- Roles de género (la historia de la madre sobre los sueños sacrificados golpea con fuerza).
- Conciliación de la vida laboral y familiar (la mentalidad de «proveedor» del padre le salió trágicamente mal).
Después de jugar por tercera vez, llamé a mis padres para hablar de cosas que nunca habíamos abordado adecuadamente. Así de impactante fue este juego.
¿Quién debería jugar a esto?
Perfecto para los jugadores que quieran:
- Una narrativa que invita a la reflexión por encima de la diversión sin sentido
- Dinámicas familiares que puedan analizar
- Múltiples finales por descubrir
No es ideal para los que buscan:
- Acción trepidante
- Fantasías de poder
- Moral en blanco y negro
Reflexiones finales
La familia perfecta no consiste en alcanzar la perfección, sino en reconocer la belleza de la imperfección. Mi «mejor» final llegó cuando dejé de perseguir los ideales de la sociedad y permití que cada miembro de la familia abrazara su yo desordenado y auténtico.